DOMINGO de RAMOS

Con la celebración del Domingo de Ramos, nos adentramos en la Semana Santa en la que acompañaremos a Jesús en los últimos días de su vida, asumiendo un compromiso que le va a suponer mucho dolor pero, a la vez, será la confirmación de que su radical opción por los débiles y pecadores, en definitiva la misión que le encomendó su Padre tiene sentido y que su muerte asegura la presencia del Reino de Dios para toda la humanidad.

«El Padre, que sostuvo a Jesús en la Pasión, también a nosotros nos anima en el servicio. Es cierto que puede costarnos amar, rezar, perdonar, cuidar a los demás, tanto en la familia como en la sociedad; puede parecer un vía crucis. Pero el camino del servicio es el que triunfa, el que nos salvó y nos salva, nos salva la vida. Quisiera decirlo de modo particular a los jóvenes, en esta Jornada que desde hace 35 años está dedicada a ellos. Queridos amigos: Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis! Porque la vida es un don que se recibe entregándose. Y porque la alegría más grande es decir, sin condiciones, sí al amor. Es decir, sin condiciones, sí al amor, como hizo Jesús por nosotros.» (Papa Francisco)

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